Líderes comunitarios del cantón Paute relatan cómo un acto oficial de entrega de insumos médicos terminó en decepción, en medio de la crisis crónica del sistema de salud pública ecuatoriano. El instituto, por su parte, anuncia la llegada de nuevos suministros sin responder directamente a las acusaciones.
Quito, 26 de agosto de 2025 – Un episodio que ha generado indignación en las redes sociales y en comunidades rurales de Ecuador pone en evidencia las grietas del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), la entidad responsable de la cobertura sanitaria para millones de afiliados. Líderes comunitarios del sector de Bulán, en el cantón Paute de la provincia de Azuay, han denunciado públicamente que un acto oficial de entrega de medicamentos, encabezado por el presidente del IESS, Edgar Lama, no fue más que una farsa destinada a simular atención gubernamental, sin dejar beneficio real para los habitantes locales, en su mayoría campesinos y adultos mayores.
El incidente, ocurrido hace más de un mes según los relatos, se presentó como una donación oficial de insumos médicos al dispensario local, un centro modesto que atiende a poblaciones vulnerables con escasos recursos. Edgar Lama, acompañado de otros funcionarios como el señor Pesantez, llegó al lugar con cajas de medicamentos, pronunció discursos, posó para fotografías y conversó con la comunidad, generando expectativas de una mejora en la atención sanitaria. "La población, ilusionada, creyó por fin estar recibiendo la atención que por derecho les corresponde como afiliados a la seguridad social", relatan las denuncias difundidas en plataformas como Facebook e Instagram.
Sin embargo, pocas horas después de concluido el evento, los insumos desaparecieron. Según los testimonios, las cajas fueron retiradas y presuntamente trasladadas a otros sitios para repetir el mismo montaje en diferentes comunidades, utilizando los medicamentos como mera "utilería" para actos públicos. El presidente del dispensario de Bulán expresó su frustración en un video que se ha viralizado: "Hace más de un mes llegaron con medicina el presidente del IESS, Edgar Lama, y el señor Pesantez, fueron recibidos por mi gente… se burlaron. La medicina desapareció después del evento. Pidan disculpas, señores, a la gente humilde del campo".
Esta denuncia, que ha circulado ampliamente en redes sociales durante las últimas 24 horas, ha provocado una ola de reacciones en la provincia de Azuay y más allá, donde usuarios cuestionan la ética de las autoridades. "Es un atropello a la confianza ciudadana y a los derechos de los afiliados", se lee en publicaciones compartidas por líderes opositores y medios alternativos, que acusan al IESS de convertir la salud en un "espectáculo político". La gravedad del asunto radica en que estas prácticas no solo juegan con las esperanzas de personas en situación de pobreza y enfermedad, sino que también implican un uso cuestionable de recursos públicos para fines propagandísticos, en un contexto de desabastecimiento crónico en el sistema de salud ecuatoriano.
El IESS, una institución clave para la seguridad social en Ecuador, enfrenta desde hace años críticas por su gestión ineficiente, deudas millonarias con proveedores externos y corrupción en la cadena de suministros. Solo en los últimos meses, el organismo ha sido objeto de investigaciones por pagos irregulares a clínicas privadas, que suman más de 8.000 millones de dólares entre 2013 y 2025, según informes de la Contraloría General del Estado. Edgar Lama, quien asumió la presidencia del Consejo Directivo en junio de este año tras haber sido ministro de Salud, ha defendido su administración enfatizando la lucha contra "mafias" en el sector y anunciando reformas para centralizar compras y reducir la dependencia de prestadores privados.
Precisamente, en una entrevista concedida este lunes 25 de agosto a Teleamazonas, Lama aseguró que "los medicamentos están llegando el día de hoy" y anunció la inminente inauguración de más de 100 unidades de diálisis en hospitales del IESS, como Los Ceibos en Guayaquil, José Carrasco Arteaga en Cuenca y La Mariscal en Quito, para atender a unos 600 pacientes. "Hemos estado trabajando en monitoreo, en conjunto con los hospitales, y los medicamentos están llegando", afirmó, atribuyendo los problemas actuales a fallos acumulados desde 2018 y a intereses que buscan desestabilizar su gestión. No obstante, en esta y otras declaraciones recientes, no se ha hecho mención específica a la denuncia de Bulán, lo que deja abierta la pregunta sobre si se trata de un incidente aislado o de una práctica sistemática.
Fuentes consultadas por este diario, incluyendo el sitio oficial del IESS, confirman que Lama sigue al frente de la institución y que se han impulsado mesas técnicas para reformar el sistema de pensiones y salud, pero no hay comunicados que aborden directamente las acusaciones de Paute. Organizaciones como el Frente Unitario de Trabajadores (FUT) han alertado previamente sobre irregularidades en derivaciones a clínicas privadas, pero hasta el momento, no han respondido a esta nueva controversia.
Este caso ilustra las tensiones en un país donde la salud pública es un derecho constitucional, pero su implementación enfrenta obstáculos estructurales. Mientras las comunidades rurales como Bulán exigen disculpas y acciones concretas, el Gobierno de Daniel Noboa, a través del recién creado Comité Nacional de Salud Pública, promete coordinación para garantizar acceso oportuno a servicios. Sin embargo, episodios como este erosionan la fe en las instituciones y subrayan la necesidad de transparencia en un sistema que atiende a más de dos millones de pacientes anualmente con recursos limitados.
La denuncia de Bulán no es un hecho aislado en el panorama ecuatoriano, donde protestas por desabastecimiento y demoras en atención son recurrentes. Expertos consultados coinciden en que, más allá de las reformas anunciadas, se requiere una auditoría independiente para esclarecer si prácticas como las descritas responden a estrategias de imagen o a errores logísticos. Por ahora, los afectados esperan no solo medicinas, sino justicia
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