PUYO, ECUADOR - Un incendio ha reducido a cenizas la vivienda de Johana Vargas, una madre viuda con cinco hijos, en la comunidad kichwa de Pakayaku, en la provincia de Pastaza. La tragedia, que ha dejado a la familia en la indigencia, pone de relieve las precarias condiciones de vida y la falta de servicios básicos que enfrentan las poblaciones indígenas en la Amazonía ecuatoriana.
El incidente ocurrió mientras Vargas se encontraba trabajando en su "chacra" (terreno de cultivo). Al regresar, se encontró con la devastadora escena: su hogar estaba completamente consumido por las llamas, sin nada que se pudiera rescatar más allá de la ropa que ella y sus hijos llevaban puesta en ese momento.
La comunidad de Pakayaku, en la parroquia de Sarayaku, es una de las muchas en la selva amazónica que históricamente ha sufrido la exclusión de los servicios del Estado. La falta de infraestructura vial, con acceso limitado a transporte fluvial y aéreo, dificulta la llegada de ayuda y el acceso a recursos esenciales. Sus habitantes, que dependen de la caza, la pesca y la agricultura de subsistencia, viven en un estado de pobreza crónica.
La situación de la familia de Johana Vargas es un crudo recordatorio de los desafíos que enfrentan estas comunidades, donde la falta de acceso a agua potable y servicios de salud ha llevado a altos índices de parasitosis y desnutrición, agravados por la contaminación de los ríos, su principal fuente de alimentos.
La familia ha hecho un llamado desesperado a las autoridades de Pastaza y a la ciudadanía en general para que les brinden apoyo. "Guardianes de la selva" como se autodenominan los habitantes de la región, esta familia se encuentra ahora en una situación de extrema vulnerabilidad, necesitando urgentemente solidaridad para reconstruir su vida y su hogar.
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