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Ecuador: Exasambleístas debaten la pertinencia de una nueva Constituyente

En un diálogo transmitido por Radio Mía, los exasambleístas ecuatorianos Gilberto Cisneros, Raúl Tello y Henry Moreno, este último en calidad de entrevistador junto a Beatriz Constante, analizaron la propuesta del presidente Daniel Noboa de convocar una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Constitución, en el marco de la consulta popular de noviembre de 2025. La discusión, marcada por argumentos históricos, jurídicos y sociales, reflejó posturas críticas sobre la viabilidad de un nuevo texto constitucional para resolver los problemas estructurales del país, como la inseguridad, el desempleo y la falta de inversión.

La proliferación de constituciones y el atraso

Raúl Tello, exasambleísta nacional, expresó su rechazo a la propuesta de una nueva Constitución, argumentando que Ecuador, con 20 constituciones en su historia, se encuentra entre los países latinoamericanos con mayor inestabilidad normativa, junto a naciones como Venezuela (29 constituciones), Haití (24) y República Dominicana (32). “Los países más atrasados, con más problemas de seguridad, empleo y pobreza, son los que más constituciones han tenido”, afirmó Tello, contrastando esta realidad con casos como Estados Unidos, con una sola Constitución desde 1787, o Colombia, con dos. Según el exlegislador, la búsqueda constante de nuevos textos constitucionales responde más a intereses políticos coyunturales que a una visión de largo plazo, generando inseguridad jurídica que ahuyenta la inversión extranjera, que en 2024 apenas alcanzó los 220 millones de dólares.

Tello cuestionó la narrativa del Ejecutivo, que plantea la actual Constitución de 2008 como un obstáculo para gobernar. “El presidente no ha señalado un solo artículo que impida combatir la delincuencia o atraer inversión. Todo son narrativas generales sin sustento”, señaló, recordando que reformas puntuales, como las aprobadas en consultas populares previas, no han generado mejoras significativas en seguridad o empleo. Para Tello, el problema no radica en el texto constitucional, sino en la falta de voluntad política para implementar sus disposiciones, como el incremento anual del presupuesto educativo al 6% del PIB, incumplido durante los 17 años de vigencia de la carta magna.

Críticas a la Constitución de 2008

Gilberto Cisneros, quien participó como asambleísta en la Constituyente de Montecristi que redactó la Constitución de 2008, ofreció una perspectiva ambivalente. Aunque reconoció que el texto contiene aspectos positivos, como el reconocimiento de derechos a la resistencia (artículo 98) o la educación gratuita hasta el tercer nivel, criticó disposiciones que considera innecesarias o perjudiciales. Entre ellas, señaló el artículo 251, que establece la elección de consejos y gobernadores regionales, una medida que calificó de “novelería” por generar burocracia sin beneficios tangibles. También cuestionó el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (artículo 207), al que describió como un “cuerpo extraño” que ha dañado la democracia al servir a intereses políticos específicos en lugar de cumplir su función de transparencia.

Cisneros relató su experiencia en Montecristi, donde, como delegado de las minorías, denunció que el texto final fue redactado en gran medida por asesores extranjeros —españoles, venezolanos, bolivianos y cubanos— sin incorporar propuestas locales. “No aceptaron ni una línea de nuestras sugerencias, que sí tenían sentido y reflejaban el pensamiento ecuatoriano”, afirmó, sugiriendo que una nueva Constituyente podría repetir este error si no se garantiza una participación genuina.

Inseguridad jurídica y bases militares

Ambos exasambleístas coincidieron en que la inseguridad jurídica es un obstáculo central para el desarrollo. Tello subrayó que procesos como la Constituyente generan incertidumbre prolongada —desde la elección de asambleístas hasta la reconstrucción del marco legal—, con un costo económico estimado en 300 a 400 millones de dólares. Por su parte, Cisneros destacó que los propios ecuatorianos evitan invertir en el país por miedo a cambios constantes en las reglas de juego, prefiriendo resguardar sus capitales en el exterior.

Un punto álgido del debate fue la propuesta de Noboa de permitir el retorno de bases militares extranjeras, prohibidas por la Constitución actual. Tello advirtió sobre los riesgos a largo plazo: “Hoy pueden venir bases de Estados Unidos, pero en 10 o 15 años, con un cambio de gobierno, podrían llegar bases chinas o rusas, convirtiendo a Ecuador en un escenario de disputa internacional”. En cambio, Cisneros mostró una postura más favorable, considerando que la presencia de bases podría contribuir a combatir el narcotráfico y la minería ilegal, aunque insistió en la necesidad de una reforma judicial integral, con veedurías internacionales, para abordar la inseguridad desde la raíz.

Educación y derechos en riesgo

Un tema recurrente fue el riesgo de que una nueva Constitución elimine derechos adquiridos, como la educación gratuita hasta el nivel universitario. Tello alertó que voces cercanas al gobierno han sugerido limitar esta garantía al bachillerato, lo que excluiría a quienes no puedan costear estudios superiores. “Si se cumple la actual Constitución, con el incremento del presupuesto educativo, estaríamos luchando contra la delincuencia al mantener a los jóvenes en las aulas y no en las calles”, afirmó. Cisneros, por su parte, llamó a la ciudadanía a estar vigilante y a los medios a “inteligenciar” a la población sobre las implicaciones de un nuevo texto constitucional, para evitar que se vote “como borregos” siguiendo consignas políticas.

Un llamado al cambio personal y colectivo

Más allá de la discusión constitucional, Cisneros enfatizó que el desarrollo de Ecuador depende de un cambio en la mentalidad y el esfuerzo individual. “No es cuestión de izquierda o derecha, sino de trabajar más, ser proactivos y creativos”, afirmó, citando el ejemplo de Estados Unidos, donde la disciplina laboral y la estabilidad institucional han impulsado el progreso. Tello, sin embargo, matizó esta visión, señalando que la falta de oportunidades laborales y las altas tasas de interés (15-18%) dificultan el emprendimiento en regiones como Pastaza, donde la inversión privada es prácticamente inexistente.

El diálogo en Radio Mía, moderado por Beatriz Constante y Henry Moreno, evidenció la complejidad del debate constitucional en Ecuador. Mientras Tello abogó por reformas puntuales y el cumplimiento de la Constitución vigente, Cisneros propuso un análisis crítico de sus disposiciones, pero ambos coincidieron en la necesidad de fortalecer el sistema de justicia y proteger derechos fundamentales, como los de la Amazonía, consagrados en artículos como el 250. En un país marcado por la inestabilidad normativa y las promesas incumplidas, los exasambleístas instaron a la ciudadanía a reflexionar antes de apostar por una nueva “novelería” constitucional.

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