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Violencia extrema en el fútbol sudamericano: un niño golpeado en la cabeza durante los disturbios en el Independiente-Universidad de Chile

 


Buenos Aires, 21 de agosto de 2025. – El partido de vuelta de los octavos de final de la Copa Sudamericana entre el Independiente de Avellaneda y la Universidad de Chile, disputado la noche del miércoles en el Estadio Libertadores de América, se convirtió en un escenario de caos y brutalidad que obligó a su suspensión en el minuto 48, con el marcador empatado a uno. Lo que comenzó como un enfrentamiento deportivo escaló en una batalla campal en las gradas, donde hinchas locales atacaron con palos, fierros y armas blancas a los seguidores visitantes, dejando un saldo de al menos 23 heridos –varios de ellos graves– y más de un centenar de detenidos. Entre las imágenes más impactantes que circulan en redes sociales, destaca la agresión a un menor de edad chileno, golpeado repetidamente en la cabeza, un episodio que ha generado indignación internacional y pone de relieve, una vez más, los persistentes problemas de violencia en el fútbol latinoamericano.

Los hechos se desencadenaron poco antes del descanso, cuando un grupo de barrabravas de Independiente –conocidos por su historial de incidentes– irrumpieron en la zona asignada a los aproximadamente 2.000 hinchas de la Universidad de Chile. Según testigos y videos difundidos en plataformas como Instagram y X (anteriormente Twitter), los agresores, armados con objetos contundentes, lanzaron una ofensiva coordinada que incluyó golpes indiscriminados. "Fue una masacre organizada", relató un aficionado chileno a medios locales, describiendo cómo los locales saltaron vallas de seguridad para acceder al sector visitante, desatando pánico y corridas. El árbitro del encuentro, el uruguayo Andrés Cunha, no tuvo más remedio que detener el juego ante la imposibilidad de garantizar la seguridad.

Entre las víctimas, el caso de un niño –cuya identidad no ha sido revelada por razones de protección– ha conmocionado a la opinión pública. En un video viral, se ve cómo un hincha de Independiente, vestido de rojo, golpea al menor con un fierro o palo en la cabeza, dejándolo inmóvil en el suelo tras varios impactos. Fuentes médicas consultadas indican que el joven forma parte del grupo de heridos con traumas craneales, aunque no se han proporcionado detalles específicos sobre su estado actual. El parte oficial del club chileno menciona casos graves como el de Gonzalo Alfaro, quien sufrió una caída desde la tribuna alta y requirió cirugía, pero no identifica explícitamente al menor. Hasta el momento, no se reportan fallecidos, y los heridos –distribuidos en hospitales como el Fiorito, Presidente Perón y Eduardo Wilde– evolucionan favorablemente en su mayoría, con algunos en observación por politraumatismos. "Es terrible, no entiendo cómo se justifica algo así con un 'ustedes empezaron'", escribió una usuaria en X, resumiendo el repudio generalizado ante intentos de minimizar la agresión.

La Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) reaccionó de inmediato, condenando los hechos en un comunicado oficial y anunciando la apertura de un proceso disciplinario contra Independiente, que podría enfrentar sanciones como la descalificación del torneo o multas económicas. "Actuaremos con la mayor firmeza posible para erradicar la violencia de nuestros eventos", afirmó el organismo. Por su parte, la Asociación Nacional de Fútbol Profesional de Chile (ANFP) expresó su solidaridad con los afectados y exigió medidas ejemplares, mientras que las autoridades argentinas, a través del Ministerio de Seguridad, confirmaron la detención de 127 personas, incluyendo seis menores de edad que fueron liberados sin cargos. La investigación policial apunta a fallos en el operativo de seguridad, que no impidió el acceso de armas a las tribunas.

Este incidente no es aislado en el contexto del fútbol sudamericano, donde la rivalidad deportiva a menudo deriva en expresiones de barbarie. En Argentina, los barrabravas –grupos organizados con vínculos a la política y el crimen– han sido un problema crónico, pese a reformas como la ley de 2011 que busca regularlos. Expertos consultados por este medio, como el sociólogo Pablo Alabarces, autor de libros sobre violencia en el deporte, advierten que sin una intervención estructural, estos episodios se repetirán. "El fútbol refleja las desigualdades sociales, pero también amplifica la impunidad", señala Alabarces.

Mientras tanto, la Universidad de Chile, que lideraba la serie tras el partido de ida (2-1 a su favor), avanza automáticamente a cuartos de final, aunque el triunfo sabe amargo. El club ha habilitado canales de apoyo para los hinchas afectados, y se espera que en las próximas horas se actualice el estado de los heridos, incluido el menor golpeado. La comunidad internacional, desde España hasta Chile, sigue el caso con atención, demandando no solo justicia, sino un cambio profundo en la cultura del fútbol para evitar que niños y familias paguen el precio de la intolerancia.


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