Quito, 31 de agosto de 2025. Dos incidentes con avionetas en la provincia amazónica de Pastaza, ocurridos en las últimas
semanas, han puesto en evidencia la precaria situación de las pistas aéreas en la región oriental de Ecuador. El más reciente, protagonizado por una aeronave Cessna 182 de la compañía AeroFor SA con matrícula HC-CPN, se produjo este domingo en la pista de Torimbo, donde solo se registraron daños materiales y los ocupantes —piloto y pasajeros— resultaron ilesos. Hace apenas dos semanas, el 13 de agosto, una avioneta similar de AeroKashurco, pilotada por el capitán Rubens Álvarez, se salió de la pista en Makusar, en la parroquia Río Corrientes, también sin víctimas mortales pero con heridas leves para los tres ocupantes y graves daños en la aeronave.

Estos percances, atribuidos en parte a las condiciones invernales y al estado rudimentario de las pistas —mantenidas a menudo por los propios habitantes con machetes, palas y picos—, subrayan la urgencia de inversiones públicas en infraestructura aérea en la Amazonía ecuatoriana. Expertos y líderes locales coinciden en que el abandono de estas vías de conexión no solo pone en riesgo vidas humanas, sino que amenaza la conectividad de comunidades remotas, el desarrollo turístico y la soberanía nacional en zonas fronterizas.
El precario mantenimiento de las pistas: un problema crónicoLas pistas aéreas en la Amazonía, esenciales para el acceso a regiones donde las carreteras son inexistentes o impracticables, se mantienen de manera precaria. En comunidades como Makusar o Torimbo, los residentes realizan labores de limpieza y reparación manual, sin apoyo técnico ni financiero del Estado. La Dirección General de Aviación Civil (DGAC) otorga permisos de operación, pero no asume el mantenimiento, argumentando que no entra en sus competencias. Esta situación contrasta con periodos anteriores, como el gobierno de Rafael Correa (2007-2017), cuando a través del Instituto Ecuatoriano de Obras para el Desarrollo de la Amazonía (ECORAE) se invirtieron recursos en la ampliación y mantenimiento de al menos 153 pistas, facilitando la aeronavegabilidad y reduciendo riesgos.
La ex candidata a la Asamblea por Pastaza Deysi Ortiz, del movimiento Revolución Ciudadana, ha denunciado esta negligencia y aboga por reformas legales que asignen responsabilidades claras a instituciones públicas. "Las pistas son un potrero en la Amazonía; necesitamos un cambio normativo para que alguna entidad se haga cargo", ha declarado Ortiz, enfatizando la necesidad de subsidios al transporte aéreo para comunidades indígenas.
La valentía de los pilotos: héroes en condiciones extremas
Pilotos como Rubens Álvarez, quien en el incidente de Makusar atribuyó el percance a las malas condiciones de la pista pero logró evitar una tragedia mayor, representan la dedicación de quienes operan en entornos hostiles. "Gracias a Dios salimos con vida", escribió Álvarez en redes sociales, destacando la pericia requerida para maniobrar en pistas cortas, irregulares y rodeadas de selva densa.

Sin embargo, no todos han tenido la misma suerte. En los últimos años, la Amazonía ha registrado múltiples accidentes fatales: en abril de 2024, un helicóptero militar se estrelló en Pastaza, cobrando ocho vidas, incluyendo personal humanitario; en febrero de 2020, una avioneta de Aerokashurco dejó cinco muertos y un niño herido; y en mayo de 2024, otro percance en la región oriental segó la vida de un piloto. Estos incidentes rinden homenaje involuntario a los "guardianes de la soberanía nacional", como se les llama a los aviadores que conectan fronteras vivas con Perú y Colombia, enfrentando riesgos para transportar suministros, evacuar enfermos o apoyar operaciones de seguridad.
Organizaciones como Alas de Socorro, que operan desde 1948 en la región, destacan la labor de estos pilotos como vital para llevar "ayuda, esperanza y sanidad" a comunidades aisladas.
Conectividad, fronteras y soberanía: una tragedia anunciadaEn la Amazonía ecuatoriana, donde ríos crecidos y trochas fangosas hacen inviable el transporte terrestre o fluvial —con antecedentes de naufragios fatales en canoas—, las pistas aéreas son el único enlace ágil con el resto del país. Facilitan evacuaciones médicas, el suministro de bienes esenciales y el turismo comunitario, clave para el desarrollo económico de nacionalidades indígenas como los achuar, waorani y kichwa. Sin embargo, su deterioro contradice objetivos nacionales de fortalecer el turismo y la integración territorial.
En zonas fronterizas, estas infraestructuras son pilares de la soberanía: permiten el patrullaje, el apoyo a comunidades "fronteras vivas" y la vigilancia contra amenazas como la tala ilegal o el narcotráfico. Líderes indígenas, como los de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Confeniae), advierten que el abandono genera aislamiento y vulnerabilidad, convirtiendo a los habitantes en "guardianes olvidados" de la patria.
Ante estos hechos, organizaciones civiles y políticas exigen un plan integral de inversión. Mientras las autoridades investigan los recientes incidentes, la sociedad ecuatoriana enfrenta una llamada de atención: sin pistas seguras, la Amazonía sigue desconectada, y sus pilotos y comunidades pagan el precio de la indiferencia.
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